CARACAS (Sputnik) — Con sus batas blancas, guantes y tapabocas, los médicos de Barrio Adentro, un programa social del Gobierno de Venezuela, recorren a diario diversos sectores de la capital en búsqueda de casos sospechosos de COVID-19.
"Al que presente alguna dificultad para respirar u observen un poco enfermo lo mandan para acá para hacerle la prueba", dice Suralis Villalobos, una de las doctoras cubanas que organiza el operativo en el que participa personal de salud de Venezuela y otras naciones.
En uno de los consultorios del Centro Municipal de Apoyo al Poder Popular de la calle 1 de El Valle, frente a un módulo de la Policía Nacional, los médicos se instalan para dividir los grupos.
Cerca de las 8:30 hora local (12:30 GMT), comienza la visita casa por casa; pero mucho antes el personal médico, de enfermería y los estudiantes que les apoyan, ya estaban en los pasillos del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de El Valle, esperando las instrucciones de la directiva.
Callejones muy angostos con escaleras serpenteantes que parecen infinitas, llevan a las casas que el 22 de abril visitaron los trabajadores de Barrio Adentro.
En grupos de tres enfermeras y un médico, que acompañaban también representantes de las comunidades, el personal sube sin descanso, y aunque la respiración agitada revela el cansancio, no se detienen, continúan el camino y con paciencia entrevistan a cada uno de los residentes, un trabajo que hacen diariamente.
"Acá por el momento no hemos tenido casos positivos, tampoco hemos recibido algún reporte alarmante a través del carnet de la patria", indica a Sputnik el doctor Kevin Becerra, desde uno de los empinados cerros del valle de Caracas.
El "carnet de la patria" es una especie de censo virtual realizado por el Gobierno en base al documento de identidad de cada persona, y desde mediados de marzo se incluyó una encuesta para que quienes presenten síntomas, hayan estado fuera del país o en contacto con algún caso sospechoso de COVID-19, la respondan, y puedan ser visitados para ser evaluados.
El programa Barrio Adentro fue creado en el año 2003, con el objetivo de instalar un ambulatorio en cada favela, que tuviese asignado a un grupo de médicos (inicialmente cubanos) que se convertiría como parte de la comunidad, y aunque en los últimos años algunos de estos centros han cerrado, el Gobierno se ha propuesto reimpulsarlos.
En medio de la pandemia por COVID-19, son los trabajadores de estos centros los que se están ocupando de descartar casos sospechosos mediante una prueba rápida, que cosiste en extraer una muestra de sangre y arroja el resultado en menos de cinco minutos.
En el último mes, el Gobierno de Venezuela ha recibido donaciones de teste rápidos de Rusia, China y la Organización de las Naciones Unidas.
El jefe de Estado, Nicolás Maduro, ha asegurado que hasta el sábado 18 se abril se habían realizado 181.335 pruebas para conocer casa por casa si alguien tiene COVID-19.
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