Por: Mayi Cumare, su compañera de vida.
Saludos cámaras.
Un mes y 19 días de la desaparicion de Carlos. Estoy desesperada, angustiada, preocupada. Son muchos días y siento que poco a poco merma el afán, el ímpetu y la fuerzas que inicialmente marcamos presión por los medios. No sé que hacer ni dónde buscar. Cuando me llega alguna señal, allí voy. Me han pedido rescate y hemos pagado, son múltiples las hipótesis que me llegan de distintos sitios, pero a un mes y 19 días seguimos sin saber del paradero de Carlos.
De hospital en hospital, de sitio en sitio, de extorsionador a extorsionador, de interrogatorio a interrogatorio, tratando de dar con un lugar, con alguien que con certeza nos diga dónde está Carlos Lanz.
Compañeros, compañeras, hermanos y hermanas, el tiempo pasa y veo en los twitazos y las movilizaciones, que la desesperanza va ganando terreno en algunos y algunas. La tristeza, la rabia, la impotencia y la arrechera de no encontrar una explicación lógica sobre el paradero de Carlos, quién lo sacó de la casa, por qué se lo llevó, para qué y a dónde, se apropian de todos mis sentidos, de mi cotidianidad y de mi existir.
Desde la oración, la fe y el aferrarme a la espiritualidad, sigo confiando, esperanzada y con mucho presentimiento que Carlos Lanz está vivo esperando desesperadamente que lo rescatemos. Pido con vehemencia una señal.
Ruego a quien sepa algo que por favor hable, ya es suficiente tanto dolor, tanta espera por los organismos de seguridad que muchas veces creo, están muy desubicados y confundidos. Ellos no pueden entender que Carlos Lanz es una persona distinta al común y que su relación con los suyos es distinta al resto de los mortales, por eso, algunas hipótesis ilógicas y absurdas me ratifican que muchos y muchas no conocen realmente a Carlos Lanz.
Cámaras, disculpen esta descarga de sentimientos encontrados pero necesitaba desahogarme y contarles sintetizadamente lo que vivo a diario. No cuento con mucho espacio para explicar lo que siento y quién mejor que uds, los solidarios y solidarias, los que están allí, los que actúan en favor de Carlos Lanz, nuestros hermanos y hermanas. Gracias por estar en estos enternos e infinitos 50 días sin saber de mi amado y admirado Calucho.
Continuemos sin descanso, sin demora y sin subestimar ninguna información. Si alguien sabe, escuchó, vió, lo tiene o tiene idea del paradero de Carlos, por favor, se lo ruego, lo suplico, lo imploro, dígamelo, devuelvalo, llameme o envie un mensaje anónimo si quiere, pero por favor, por el amor de Dios, ayúdeme a encontrar a mi viejo, sabio y generoso compañero de vida.
Desesperadamente,
Mayi Cumare
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